EL MAGO Y LA DAMA
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EL MAGO Y LA DAMA
Ana Isabel Molina
El
mago que andaba su camino, errante entre bosques
que nadie conoce, que hace tiempo
los hombres olvidaron,
encontró a una dama,
la dama que aguardaba en el lago.
El
amor y el destino de criaturas diferentes,
el silencio y el grito de su encuentro, belleza escondida
y amor desbordante que surgió en aquellos corazones,
que siguiendo su camino se encontraron, escondidos
en lo hermoso y en lo distante.
Ojos
grises que se encandilaron de la juventud
y delicadeza de semejante dama,
criaturas esperanzadas, la magia que brotó
de aquellas almas después de mirarse cara a cara.
Momento
que esperaban sin saber que vivían
para encontrarse y entregarse mutuamente
con tan solo mirarse.
El
mago y la dama, andaban su camino para encontrarse.
El bosque es como un verde mar de vida, un mar tan quieto y tempestuoso a la vez. El mago y la dama son como ríos, porque todos los ríos, por muy distantes que estén unos de otros, al final siempre desembocan en el mar, y en este caso ellos terminaron por encontrarse en el verde mar del bosque. Y es que "hacerse a la mar" es como "hacerse al amar", porque mientras el mar nunca termina de empezarse, el amor nunca empieza a terminarse: así como es necesario dejar el puerto seguro para surcar lo desconocido y encontrar lo inesperado, así también es necesario amar para ser, empezar a ser alguien al encontrar a alguien a quién amar... Gracias por darle un aliento de esperanza a mi alma con estos verdes caminos que trazas, la frase que más me impactó fue la de que "esperaban sin saber que vivían para encontrarse", porque imaginé como si una especie de nexo invisible los mantuviera conectados siempre, aunque no se vieran, pero que al mirarse, ese nexo se convirtiera como en un mar donde confluyen y se compenetran los ríos de sus almas.
ResponderEliminarMuchas gracias por leer y por tu comentario. Aprecio mucho el tiempo que te tomas para comentar.
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