De por qué este blog lleva por nombre Escribiendo con Niggle.
"Siguió mirando el Árbol. Todas las hojas sobre las que él había trabajado estaban allí, mas como él las había intuido que como había logrado plasmarlas. Y había otras que solo fueron brotes en su imaginación y muchas más que hubieran brotado de haber tenido tiempo. No había nada escrito en ellas; eran solo hojas exquisitas; pero todas llevaban una fecha; nítidas como las de un calendario."- Hoja de Niggle
De por qué este blog lleva por nombre
Escribiendo con Niggle.
Leí por primera vez Hoja de Niggle, un cuento de J.R.R Tolkien, un día en que las dudas me invadieron y sentí que fácilmente mis sueños podían desvanecerse y dejarme estancada. Con una pequeña colección de poemas guardados en mi librero y las circunstancias —vistas desde mi pequeña visión —más complicadas de lo que imaginé que sería publicar un libro y un montón de inseguridades y miedos al respecto me adentré en el mundo de Niggle, un pintor con afán de completar un precioso árbol y al mismo tiempo insatisfecho con el resultado.
Desde
la primera página me sentí identificada con Niggle, nuestro protagonista, al
igual que él me termino ocupando de asuntos sin importancia y sintiendo que lo
que hago nuca estará completamente terminado ¿Pero qué artista siente que su
obra está completamente terminada y perfectamente pulida?
Así
pues, continúe pasando las páginas del cuento y acompañé a Niggle en una serie
de experiencias que resonaron con fuerza en mi interior. Lo acompañé mientras
pintaba con esmero aquel árbol y cada una de sus hojas con el más mínimo
detalle, y a veces apresurado para dejarlo terminado antes de comenzar el
viaje; iba y venía ocupándose también de
otros asuntos que lo distraían de terminar la pintura, hasta que finalmente el
hombre encargado de llevar a Niggle a aquel misterioso viaje —del que poco se
habla al principio y al que Niggle no quería asistir pero se veía obligado — llegó y el pobre pintor tuvo que marcharse
dejando la obra incompleta y llevándose únicamente sus pinturas en una cajita y
su cuaderno de notas. Así pues, Niggle emprende el viaje y en este trayecto se
le revelan aspectos de vital importancia sobre su vida (y sobre su creación artística)
pero no contaré más sobre la historia de Niggle, porque creo que lo que sucede
después de que emprende aquel viaje es la mejor parte, así que será mejor que
la descubran ustedes — si les interesa—.
Al
final lo que me dejó la lectura fue una fuerte y profunda reflexión de lo que
debe ser un artista (cualquiera que sea su arte).
Para
profundizar más sobre este asunto me aventuré a leer el breve análisis del
Doctor Eduardo Segura, filólogo español y especialista en la obra de Tolkien.
En este breve análisis, titulado Estética
y don en Hoja de Niggle se explica cuál es la visión Tolkeniana del arte, y
es ahí, justamente dónde todo cobra sentido — al menos para mí después de
haberlo leído — de lo que se supone que debemos entender como arte. Y especialmente el sentido mismo del artista.
El arte como don.
Desde
una visión egoísta en la que todos hemos estado alguna vez, creemos que
nuestros dones y habilidades deben ser para vanagloriarnos, y nos hemos ido a
dormir imaginando como seriamos si a todo mundo le gustara lo que hacemos,
cuánto dinero podemos ganar con eso, cuanta fama y cuanto reconocimiento podríamos
recibir. ¡Oh que maravilloso sería! ¿Pero realmente el artista debe aspirar a
eso?
Pues
bien, entendiendo que nuestros talentos y dones, no son nuestros y nos han sido
entregados gratuitamente y por amor por Aquel que lo ha creado todo ¿Qué se supone
que debe hacer el artista con lo que se la ha otorgado?
Tolkien
mencionó sobre el artista que este es un subcreador,
aquel que, con su arte (que es su propio proceso de subcreación) se asemeja
a Dios, quien es EL CREADOR de todo
cuanto existe. Entonces como subcreador, el artista se convierte en un buscador
constante de la verdad y la belleza para poder entender el mundo y todo lo que
lo rodea, y es en este quehacer tan importante para el mundo, que el artista se
da, comparte su arte como don a los demás, y al mismo tiempo lo pone al
servicio de quien se lo ha otorgado. Dios.
El doctor Segura explica en su análisis que Niggle, comprende que recibió un
don inmerecido que entrega y somete para hacerse digno de la gracia de ser
redimido y al mismo tiempo, redimir a otros.
Más
adelante, en su análisis explica lo siguiente sobre Tolkien. (Lo pongo tal cual
lo ha escrito el Dr. Segura).
“Siendo el olvido el destino final
del cuadro de Niggle, podría surgir la pregunta de si el arte es para Tolkien simplemente
un medio para servir a un fin más elevado e importante, o si le atribuía una
finalidad o licitud como fin en sí mismo. La obra de arte puede ser olvidada,
pero el arte mismo es eterno, como lo es la Comarca de Niggle. Su destino es
permanecer y durar para siempre. Tolkien sabía que el arte había sido redimido,
y por eso se trataba de una tarea digna de interés, amor y atenciones, igual
que cualquier otro trabajo o tarea humana. De hecho, una de sus más profundas
convicciones era que él servía a la humanidad por medio de sus investigaciones
académicas y sus libros”.
“Tolkien sabía que su obra ya había
sido salvada en el tiempo, y ésa era la fuente de su esperanza, de su consolado
sosiego espiritual. Su mitología —El Señor de los Anillos estaba por aquellos
años en sus inicios—, sus trabajos y sus días académicos, todo aquello que
amaba, era de Dios y sólo Suyo; y también para todos los hombres y mujeres, y
no sólo o principalmente para sí mismo.”
En
otro artículo que encontré, escrito por Priscilla
Tolkien, en el sitio web de Tolkien
Estate, titulado Orígenes de la
historia, escribe que la historia, además de ser profundamente
autobiográfica, es una odisea o un viaje espiritual que su padre expone en el
cuento donde comparte sus creencias religiosas y el convencimiento de que si
nuestra vida no es un continuo camino hacia Dios, entonces nuestro talento
artístico o cualquiera que nos haya sido dado, pierde su sentido.
Así
que después de leer el cuento de Tolkien, el análisis de Eduardo Segura y el articulo
de Priscilla Tolkien, me quedo con la conclusión de que el arte como don, para alcanzar una mayor plenitud —Si bien no
la perfección misma— debe ser sometido a Dios y compartido con los demás, con
el fin de embellecer un poco más nuestro mundo y acercarnos a la verdad (donde
reside nuestra identidad ) y así agradecer tan noble tarea que Dios encomienda
al artista.
No deberíamos dejarlo como algo que solo aspira al reconocimiento mundano,
quizá el quehacer del artista va mucho más allá de un fin económico y una fama efímera, es una
vocación que puede santificarnos y conducirnos por un sendero seguro que nos
conduzca hacia el gran artista y creador, es un trabajo delicado y serio que requiere
mucha dedicación y responsabilidad pues ennoblece la vida humana.
¿Y entonces para qué este blog?
He
querido crear este blog titulado Escribiendo
con Niggle, como recordatorio de lo que el artista debe buscar, sabiendo
así que la obra de cualquiera siempre será imperfecta, pero lo importante es
recordar que el arte entregado a Dios puede dar muchos más frutos de los
imaginados.
Ciertamente
mi primera intención al imaginar el blog era abrir un espacio, simple y
creativo para compartir mi pequeña colección de poemas, porque me parece que
dejarlos empolvados dentro de una caja sería algo tristísimo. Vencer la pena y
la vergüenza es el primer paso —creo yo— para comenzar a compartir con los
demás, algo que ha sido un anhelo muy profundo desde la infancia cuando la
imaginación empezaba a arrojar ideas de mundos fantásticos, a los que solo
podía acceder yo.
Por
tanto, este es un espacio que lleva un pedacito de mí. Escribo esto con
nerviosismo y un montón de dudas y temores revoloteando cerquita, pero conocer
a Niggle me ha inspirado y espero que también pueda ser de utilidad para
aquellos que amablemente me lean, lo cual agradezco desde ahora.
Para
profundizar más en el tema, ya que lo he abordado de manera muy general, les
recomiendo leer:
Hoja,
de Niggle. (J.R.R Tolkien)
Estética
y don en hoja de Niggle (Ensayo del Dr. Eduardo Segura)
Orígenes
de la historia (Artículo escrito por Priscilla Tolkien, hija del autor) Tolkien
Estate.




Admiro tu coraje moral, esa fuerza del espíritu que está dispuesta a despojarse de su ropaje habitual, para mostrar lo más íntimo y vital, ese insondable enigma que Niggle simboliza, la de salir de uno mismo al encuentro del más allá para que la Suma Verdad acorrale lo que habita en la oscuridad y, bañándolo en la Luz, pueda purificarlo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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